Mientras la gobernadora Layda Sansores San Román se la pasa sin trabajar, viajando frecuentemente a la Ciudad de México y al extranjero y colgándose medallas ajenas para justificar su ineficiencia, el alcalde Pablo Gutiérrez Lazarus está convertido en títere mudo y sumiso a los intereses de la mandataria, con tal de no perder sus privilegios políticos, lamentó el secretario general del PAN, René Roldán Pérez.
Muchas de las obras realizadas en la Isla –aseveró–, son fomentadas con recursos federales, es decir, la gobernadora y Pablo no hacen nada para generar proyectos.
En el caso de Layda, sólo viene a colgarse de acciones federales, pues no ha fomentado trabajos estatales, sentenció Roldán Pérez.
Asimismo, criticó la actitud de Gutiérrez Lazarus frente a Layda Sansores, pues en lo que va de Administración no ha defendido a Carmen, ni su posición y lugar como autoridad municipal.
Para el también empresario es una vergüenza que siga bajo la bandera de la sumisión ante la mandataria, pese a desventajas como haberse llevado el Congreso Mexicano del Petróleo a la capital, impedir la llegada de las oficinas de Pemex y ahora evidenciarlo como un alcalde que no ha trabajado por su Municipio y presumir que las obras son con recursos estatales.
En las redes sociales, Pablo Gutiérrez se ha dedicado a contestar con sarcasmo a los carmelitas, y durante su vida en Acción Nacional se enfrentó a políticos del nivel de Alejandro Moreno Cárdenas, pero hoy es “manso gatito”.
“Todo parece indicar que su protectora Layda Sansores aún no olvida las denuncias por corrupción y desvío de recursos, y para evitar sobresaltos que lo puedan llevar a la cárcel, prefiere doblar las manos y agachar la cabeza en señal de sumisión”.
“Antes era un Pablo que contestaba, no se dejaba e imponía su voluntad, hoy es callado, sumiso, temeroso y entregado a la 4T, pero sobre todo a Layda, y algo debe haber de su Administración pasada y con los rumores de desfalcos por 300 millones, entre otras cosas, porque permanece callado”, expresó.
Después que vociferó que Campeche sólo era un malecón y unas cuantas calles relucientes, además de su alta burocracia, en clara crítica a que el Congreso del Petróleo se desarrollara en la capital, hoy cerró la boca, aseveró.
El munícipe “no defiende los intereses de los carmelitas, quienes para eso lo volvieron a elegir. Hoy vemos a un Pablo que no es la sombra de quien contestaba de forma irónica, sarcástica y grosera en redes, pues ante Layda calla”.
Cuando Layda llega Pablo es simple perro faldero, agachón, retraído, manso, dócil, que cierra la boca para no recibir tremenda reprimenda de su jefa, quien ya le tomó la medida, ironizó el político.
Respecto a la mandataria estatal, dijo que se burla de los carmelitas, y lamentó que sólo bajo la presión y la crítica se le antojó visitar al pueblo que la apoyó para llegar al poder.